jueves, 28 de agosto de 2008

TESTIGOS DE LA TRAGEDIA DE GUACHUPITA EXPRESAN DOLOR, INDIGNACON Y RABIA


El párroco de la iglesia San Martín de Porres, en Guachupita, Javier Vidal, expresó que lo sucedido era “una tragedia anunciada”, ya que todos sabían del peligro: autoridades nacionales, municipales, así como los dirigentes comunitarios de la zona.

Por Jovanny Rodríguez

Guachupita.- Desgarrantes escenas de dolor e indignación se vieron ayer en Guachupita, donde cientos de personas abarrotaron el lugar violando el cordón colocado por la Policía y la Defensa Civil.

Algunos estaban tan enojados que, incluso, repudiaron la presencia de políticos, como el diputado Carlos Peña. “Que se vaya, que se vaya”, repetían de manera insistente mientras se quejaban de que las autoridades solo acuden a los barrios marginados cuando se produce alguna tragedia, pero no toman medidas para evitarlas. El diputado Peña sugirió que las autoridades municipales y nacionales elaboren planes conjuntos solucionar los graves problemas.
Odalís Díaz, hija de Anadina Rosario, narró que su madre dormía cuando salió disparada y quedó aplastada por toneladas de rocas que salieron por debajo de su casa. Rosario está interna en el hospital Luis E. Aybar.

“Nosotros fuimos el lunes al Ayuntamiento y nos entrevistamos con el ingeniero Noboa para que hiciera un levantamiento, ya que se advertía que la roca que provocó la muerte de estas personas podría caer en cualquier momento”, afirmó Ernesto Alejandro Luis Brito, quien pensó que el mundo se estaba acabando cuando se produjo el deslizamiento.

Señaló que la respuesta del cabildo fue que necesitaban alrededor de un millón de pesos para resolver sus demandas y que en esos momentos no contaba con el dinero. La reacción fue de indignación en la zona.

Javier Vidal, párroco de la iglesia San Martín de Porres, en Guachupita, Lamentó que luego del hecho llegaron todas las autoridades y mucha prensa, pero que antes nadie acudió al lugar para hacerse eco del estado de orfandad en que se desenvuelven miles de dominicanos en zonas de alta vulnerabilidad.

Luego de la tragedia, ocurrida alrededor de las 2:00 de la madrugada, la vivienda de Brito está a punto de caer al precipicio, por lo que decidió sacar a sus dos hijos y la esposa y alojarlos a otro lugar.
Al lugar, hasta ahora, solo se ha presentado el jefe de la Policía, Rafael Guillermo Guzmán Fermín, quien dispuso que se brinde a los familiares las ayudas necesarias.